Ya os comenté AQUÍ que estoy siguiendo un curso de Astrointuición (os confieso que os lo pongo porque es un enlace afiliado. Y os aseguro que no lo recomendaría si no lo hubiera probado por mí misma un tiempo) para encontrar mi propósito. Creo que no es la única vía, pero me está resultando bastante útil. Es una guía más y me siento cómoda recomendándolo. Una de las tareas que propone es hacer una lista de las cosas que no me gustan durante una semana. Pensaba hacerlo en mi Bullet Journal, incluso en mi agenda-diario. Pero he decidido que os lo voy a compartir. No voy a hacer post al día, pero sí voy a completar este post día a día con la lista de las cosas que se me ocurren.
Día 1:
- Las cosas inacabadas. No terminar las cosas a las que me comprometo o que la gente no termine las cosas que se compromete consigo misma o conmigo.
- La falta de prioridades. No saber a qué dedicarte y dar tumbos entre mil tareas.
- Ver lo negativo de otras personas. No querer ayudarles a mejorar. No soporto la gente que no se quiere mejorar a sí misma y que tampoco ayuda a mejorar a los demás. Todos tenemos algo que aportar al mundo, tanto para ayudar a mejorarlo como ayudar a mejorarse individualmente. El uno y el todo hacen lo único. Todos somos únicos y querer separarse o separar a alguien de esas unidad del todo me enerva.
- La gente falta de curiosidad y apertura de mente. Los que se encierran en la estructura mental de la realidad que ven, sin fijarse en la influencia mental-psicológica o espiritual-energética.
- En mi afán por mejorarme a mí misma, me resulta inevitable compararme. No me gusta nada, es algo que considero perjudicial, sobre todo para mí, pero no consigo evitarlo.
Día 2:
- Procrastinar... Siempre hay un mejor momento para hacer algo que debo hacer. Y siempre hay algo mejor que hacer en este momento que lo que debo hacer.
- La incoherencia. Veo muchísima en la gente, pero tampoco llevo bien la mía. Por lo que trato de ser siempre coherente y lo consigo. Pero no me gusta estar con personas incoherentes, por lo que prefiero separarme de ellas.
- Las personas que no saben escuchar. Sobre todo cuando se quedan únicamente con lo que hay dentro de sí mismas y no se plantean conectar con los demás más allá de sí mismas.
Día 3:
- Hoy tengo el día para reflexionar sobre mis emociones hacia el dinero. Por más que trabajo en su energía y en sentir su abundancia, darle la gratitud de todo lo que me aporta, etc. Me cuesta muchísimo fluir en la abundancia hacia él. Me cuesta ser consciente de ello y me duele no ser capaz de sentir lo que pienso. Me da bastante rabia, el dinero y también el no poder sentir lo que pienso.
Creo que puedo llegar a la conclusión de que mi herida kármica consiste en no conseguir conectar con el plano terrenal. ¿Cómo he llegado a esto? Me he dado cuenta que todo lo que veo refleja una necesidad "superior". No se debe entender el entrecomillado como un "por encima de" si no como cosas que no se tocan, que no se palpan.
El dinero es de las cosas más terrenales que hay y es donde tengo el mayor disgusto. Lo de los días anteriores son cosas que tienen relación con el concepto de "vivir la tierra".
Un ejemplo, yo quería un huerto. Quería poder comer de mi propia cosecha. He conseguido hacerlo realidad y tener un huerto... Un huerto que no quiero trabajar, un huerto que no quiero cuidar, un huerto que no quiero sentir, un huerto que no toco, que no manipulo. Tengo mi huerto soñado, pero no lo he controlado yo, alimentado yo.
Y cuanto más lo pienso, más siento que tengo rota mi conexión con el plano terrenal. Por eso he empezado a ir a yoga, para conectar con mi cuerpo físico (porque soy consciente de que estoy desconectada de él). Antes hacía deporte para elevar mi cuerpo a mi plano mental o emocional, en cambio llevo muy poco tiempo (ni un mes) pensando en lo contrario, en llevar mi mente, mis emociones y hasta mi espíritu a mi cuerpo físico. Y es ahora, al poquito, cuando me llegan claramente estos mensajes.
Mi herida está ahí... en mi plano terrenal y su conexión con mi espíritu. Todo lo que es mirar fuera del plano terrenal me llena. Desde siempre. Pero mirar mi cuenta del banco (y eso que ahí he sanado muchísimo a través de otras herramientas y sigo sanando y trabajando) me hiere.
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