Y ese algo siempre era el mismo algo. YO.
Me sentó una amiga detrás de una taza de café y me cantó las cuarenta. "Siempre miras fuera cuando tienes que mirar dentro". Toda la teoría del universo espiritual me la sé, pero llevarlo a la práctica y ser amiga de tu ego es comerse el mundo.
Y aquí me ves hoy, que mis amigas intentan engatusarme para, a través de mi opinión, les tome las decisiones. Ya he parado a más de una y les he puesto los puntos muy claros.
Nuestro autoestima se basa en lo que nos amamos a nosotras mismas. Y nos demostramos ese amor en función de las decisiones que tomamos. Si tomas decisiones por otros, no les amas. Si otros toman decisiones por ti, no te amas.
Decide amarte y nunca pongas en el centro a nadie que no seas tú o te pongas tú en el centro de otra persona.
Siente esa libertad que da el ser tú misma y el dejar que otros sean. Es una sensación de paz interior que colma de amor. ¿Te has atrevido a probarlo alguna vez?
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